viernes, 19 de octubre de 2012

Juan Montseny Carrito (Federico Urales)


El 19 de agosto de 1864 - algunas fuentes citan erróneamente 1863 - nace en Reus (Tarragona, Cataluña) el pedagogo, propagandista, intelectual y teórico del anarquismo catalán e hispano Juan Montseny y Carrito, más conocido como Federico Urales. Nacido en una familia humilde, su padre, de ideas republicanas, era alfarero y su madre, de familia carlista, obrera textil, aunque ambos alternaban estos trabajos con la venta de telas y mantas a los pueblos cercanos. Tuvo que compaginar desde jovencito del aprendizaje del oficio de botero con los estudios libres en clases nocturnas, y las lecturas, hasta que un profesor decidió ayudarle a costearse la carrera de Magisterio. En 1885 comenzó a militar en las luchas obreras y dos años después organizó las manifestaciones de protesta contra la ejecución de los anarquistas norteamericanos de Chicago. Comenzó como secretario de la Sección de Boters de Reus y en 1887 lo era de la Federación Comarcal Catalana adherida a la Federación Regional Española de la Asociación Internacional del Trabajo. En 1888 llegó a ser secretario general de la Federación de Boters de España. En 1890, debido a las manifestaciones y de las huelgas del Primero de Mayo, sufrió la primera detención gubernativa. El 19 de marzo de 1891 se unió civilmente con Teresa Mañé y Miravent, conocida ya en el mundo literario anarquista por el seudónimo de Soledad Gustavo, maestro de escuela como él, trabajaba como profesora de primera enseñanza en Vilanova y Geltrú (Garraf , Cataluña), donde había nacido. En 1892 se hará cargo, con su compañera, de la escuela laica de Reus. Ese mismo año, Federico Urales, fue nuevamente detenido por una hoja que publicó protestando por las ejecuciones de anarquistas en Jerez (Andalucía, España) de febrero del mismo año. Cuando el 7 de junio de 1896 explotó la bomba durante la procesión religiosa del Corpus Christi en la calle Cambios Nuevos de Barcelona, ​​Urales fue detenido de nuevo, considerado como un «elemento anarquista muy peligroso», en su escuela de Reus en medio de los alumnos, por la Guardia Civil y tuvo que recorrer los 115 kilómetros que separan esta ciudad de Barcelona, ​​a pie y esposado. Su actividad como escritor anarquista y como agitador había alcanzado pronto bastante eco en todo el ámbito estatal. De esta época son sus colaboraciones literarias e ideológicas en El Corsario, de A Coruña, y la publicación de sus primeros folletos doctrinarios y libros. Sus actividades sindicales y anarquistas y su acción educativa anticlerical pusieron en marcha los odios locales. Fue a consecuencia de la presión de las fuerzas reaccionarias reusenses que fue acusado e implicado en el proceso de Montjuic de 1897, incoado a resultas de la capacidad atentado del Corpus. Es desde las inmundas celdas del castillo de Montjuïc que comenzará a firmar bajo el seudónimo Federico Urales los artículos que saldrán clandestinamente, que serán publicados en el periódico madrileño El País, y que denunciarán la situación que padecían los presos anarquistas. Por su campaña en defensa de la libertad de los presos de Montjuïc sufrió un año de prisión y fue expulsado del país, junto con altas libertarios, y desembarcado en Liverpool (Reino Unido) en 1897. Después de pasar dos meses en el Reino Unido y otros dos en París, decidió volver a la península, entrando en Madrid clandestinamente el 28 de noviembre de 1897, cuando aún estaba en vigor el decreto de expulsión. Al llegar a Madrid, hizo contacto con Alejandro Lerroux, que entonces dirigía el periódico radical El Progreso, para proponerle una campaña de prensa y de opinión a favor de los presos encerrados en Montjuïc. La campaña de prensa, unida a manifestaciones públicas a todos los lugares importantes del Estado, sincronizada con otros grupos europeos, fue un éxito total, ya que Urales supo unir a la campaña de revisión del proceso todas las fuerzas progresistas de la Estado (republicanos, catalanistas, federalistas, etc.) y sólo disminuyó cuando España entró en guerra con los Estados Unidos. En junio de 1898 Federico Urales y Soledad Gustavo fundan La Revista Blanca, publicación quincenal que reunió las firmas más notables y brillantes de la izquierda intelectual de la época (Giner de los Ríos, Cossio, Ricardo Rubio, Azcárate, González Serrano, Dorado Montero, Miguel de Unamuno, Jacinto Benavente, Clarín, Anselmo Lorenzo, Teresa Claramunt, Fermín Salvochea, Ricardo Mella, Pi y Margall, Jaume Brossa, Pere Coromines, etc.). Un año después, La Revista Blanca amplió con un Suplemento semanal, que dos años después se independizó, recibiendo el nombre de Tierra y Libertad, uno de los diarios anarquistas más influyentes de toda la historia. Por aquella época Urales ya había sido procesado 95 veces y tomado, cinco, con la particularidad de que cuando estaba procesado no estaba preso y que cuando estaba preso no estaba procesado. Por estos años es acusado sin fundamento de enriquecerse, debido a una campaña orquestada por Camba, Azorín, Polo, Romeo y Nakens, entre otros. A partir de 1905 se retiró parcialmente de la propaganda activa y se consagró a escribir ya trabajar en diversos oficios, alternando Madrid y Cataluña. Para poder subsistir tuvo que solicitar una plaza de redactor en el periódico oficialista El Diario Universal. El 31 de mayo 1906 tuvo el atentado de Mateo Morral contra los reyes el día de su boda, y, como muchos otros anarquistas, Urales fue detenido varios días. Al ser liberado visitó en la cárcel a su amigo Francisco Ferrer Guardia, y cada día algún miembro de la familia le llevaba la comida. El conde de Romanones, propietario de El Diario Universal, hizo elegir a Urales entre el trabajo y Ferrer Guardia, acusado de complicidad de atentar contra los reyes. Urales no sólo renunció al trabajo sino que buscó abogado por Ferrer y fue testigo durante el juicio. Desterrado de Madrid por unos procesos de prensa, se instaló en Barcelona en 1911, y entró a trabajar en la redacción de El Liberal, al tiempo que escribía obras de teatro que eran estrenadas por Ricardo Puga el teatro barcelonés Romea (Flor deshojado, La conquista del pan, El aventurero desventurada, El último Quijote, fanatismos contra amor, etc.). Durante la Gran Guerra firmará un manifiesto a favor de los aliados. Retomó la publicación de La Revista Blanca el 1 de junio de 1923, que había sido suspendida desde 1905, ayudado ahora por su hija Federica Montseny, y que llegará a tener una tirada de 12.000 ejemplares. También comenzará a publicar unas populares novelitas sociales, respuesta anarquista a las populares series de la época (El cuento semanal, La novela corta, La novela de bolsillo, Los contemporáneos, etc.), En dos colecciones: «La Novela Ideal »(1925), con una tirada de 50.000 ejemplares, y« La Novela Libre "(1929), entre 25 y 30.000 ejemplares. A partir de enero de 1931 comenzará a publicar el semanario El Luchador, que publicará 182 números. En los últimos años de su vida desarrolló una incesante actividad, con el apoyo de su hija Federica, representante de la nueva generación. Durante la guerra civil no ocupó ningún cargo. Unas fiebres tifoidea aparecidas en 1935 habían disminuido su salud, pero siguió escribiendo novelas y material de propaganda. Tras la caída de Barcelona se trasladó a Montpellier (Occitania) y el 5 de febrero de 1939 moría en un hospital de Perpiñán su compañera Soldedad Gustavo. Luego fue a París para reunirse con el resto de su familia, pero tuvo que huir de la capital francesa cuando los nazis lo ocuparon. El gobierno de Vichy le asignó como lugar de residencia Salon (Aquitania, Occitania) donde murió, sin fuerzas físicas ni morales, el 12 de marzo de 1942. Entre sus obras podemos destacar Sociología anarquista (1890), Las preocupaciones de los despreocupados (1891), Consideraciones sobre el Hecho y muerte de Pallás (1893), La ley de la vida (1893), El Proceso de un gran crimen (1895 ), Sociología anarquista (1896), La religión y la Cuestión social (1896), La religión y la Cuestión social (1902), La anarquía en el Ateneo de Madrid (1903), Sembrando flores (1906), Una pelotera (1909) , Los hijos del amor (1922), Los grandes Delinqüentes (1923), El sindicalismo español y apoyo Orientación (1923), En la sociedad anarquista, la abolición del dinero (1924), Consideraciones morales sobre el Funcionamiento de una sociedad sin Gobierno ( 1926), La anarquía al alcance de todos (1928), Los Municipios libres. Ante Las Puertas de la anarquía (1932), El ideal y la revolución (1932), Mi vida (1932, autobiografía en tres volúmenes), La barbarie gubernamental en España (1933), La Evolución de la Filosofía en España (1934), entre otros. Además de Federico Urales, usó otros seudónimos, como Mario del Pilar, Siemens, Doctor Boudin, Remigio Olivares, Un profesor de la normal, Rudolf Sharfenstein, Ángel Cunillera, Antonio Galcerán, Ricardo Andrés, Un Trimardier, Charles Money, Ricos de Andes, etc.

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